La libido es el componente consciente de la función sexual. La disminución de la libido se manifiesta como una falta de interés sexual o una reducción en la frecuencia e intensidad de los pensamientos sexuales, ya sea espontáneos o en respuesta a estímulos eróticos. La libido es sensible a la concentración de testosterona, así como a la nutrición general, el estado de salud y el consumo de drogas.
Las patologías que con más probabilidades disminuyen la libido pueden ser el hipogonadismo, la enfermedad renal crónica y la depresión; hasta el 25% de los hombres con diabetes pueden cumplir con la definición de hipogonadismo.
Los fármacos que potencialmente disminuyen la libido incluyen a los antagonistas débiles de los receptores de andrógenos (p. ej., espironolactona, cimetidina), los agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH) (p. ej., leuprolida, goserelina, buserelina) y los antagonistas (p. ej., degarelix) que se usan para tratar el cáncer de próstata, los antiandrógenos utilizado para tratar el cáncer de próstata (p. ej., flutamida, bicalutamida), los inhibidores de la 5-alfa-reductasa (p. ej., finasterida, dutasterida) utilizados para tratar la hiperplasia prostática benigna, algunos antihipertensivos, y prácticamente todos los fármacos que actúan en el sistema nervioso central (p. ej., ISRS, antidepresivos tricíclicos, antipsicóticos). La pérdida de la libido por acción de los ISRS o los antidepresivos tricíclicos a menudo puede revertirse con la administración conjunta de bupropión o trazodona.