¿Qué es la terapia sexual?
El objetivo de la terapia sexual es ayudar a las personas a superar los desafíos físicos y emocionales para tener una relación satisfactoria y una vida sexual placentera.
La disfunción sexual es cuando una persona o una pareja tiene problemas para disfrutar de la actividad sexual. La disfunción sexual es común. De hecho, el 43% de las mujeres y el 31% de los hombres informan haber experimentado algún tipo de disfunción sexual durante sus vidas. Estas disfunciones pueden incluir:
Una vida sexual satisfactoria es saludable y natural. La intimidad física y emocional son partes esenciales de tu bienestar. Cuando se produce una disfunción sexual, tener esa vida sexual satisfactoria puede ser difícil.
La terapia sexual te ayuda a reformular tus desafíos sexuales y aumentar tu satisfacción sexual.
En Clínica Pérez Vieco tratamos la disfunción sexual por vídeo conferencia, sin que esto suponga ningún tipo de limitación. Somos grandes expertos en Sexología Clínica.
Sacando todo el partido a las tecnologías llevamos a cabo la terapia, consiguiendo resultados tan buenos como de forma presencial con las ventajas que conlleva la Terapia Online.
¿Cómo funciona la terapia sexual?
La terapia sexual es como cualquier tipo de psicoterapia. Se trata la enfermedad hablando de sus experiencias, preocupaciones y sentimientos.
Junto con el terapeuta, se elaboran mecanismos de afrontamiento para ayudar a mejorar las respuestas en el futuro, de modo que pueda tener una vida sexual más saludable.
Durante las primeras citas, el sexólogo o la sexóloga hablará sólo contigo o contigo y tu pareja. El psicólogo está ahí para guiarte y ayudarte a procesar tu desafío actual. Para tu tranquilidad añado que hay algunos puntos que deben quedar claros:
- El psicólogo sexólogo NO está ahí para ponerse del lado de una persona o para ayudar a persuadir a alguien.
- Además, todos se mantendrán vestidos. El terapeuta sexual no tendrá relaciones sexuales con nadie ni le mostrará a nadie cómo tener sexo.
El objetivo es brindar un camino para el cambio en un entorno de apoyo y educativo. Es probable que acabes la sesión de terapia con tareas y trabajos que hacer antes de tu próxima cita.
Si el terapeuta sexual sospecha que la disfunción que está experimentando es por algún problema físico por las señales o síntomas que se estén dando, puede recomendarte acudir a un médico.
¿Necesito terapia sexual?
Una forma para determinar si necesitas ver a un psicoterapeuta sexual es analizar qué partes de tu vida son las más afectadas por cómo te sientes en este momento.
Si tu calidad de vida y tu salud emocional se ven muy afectadas por tu disfunción sexual, es muy buena idea ver a un terapeuta sexual o sexólogo. De la misma manera, si la falta de intimidad o la dificultad para comunicarse con tu pareja es tu preocupación personal más seria, un terapeuta sexual es el lugar para empezar.
Lo que debes saber antes de la terapia Sexual
Cuando estés decidido a comenzar la terapia sexual, ten en cuenta estas dos cosas mientras te preparas para decidir con que sexólogo o sexóloga de nuestra Clínica Pérez Vieco harás la terapia.
Compatibilidad
Los terapeutas son únicos. El éxito de la terapia depende en gran medida de lo bien que te comuniques con tu psicólogo y de lo mucho que confíes en él y en su orientación para ayudarte a superar tus preocupaciones.
Si no te sientes cómodo con un terapeuta sexual en algún momento, busca otro.
Solo o en pareja
No tienes que llevar a tu pareja a la terapia sexual. Para algunas personas, la terapia sexual en solitario es adecuada para abordar las preocupaciones. Para otros, tener a ambas personas presentes durante la terapia puede ayudar a mejorar la satisfacción y a construir una conexión más fuerte.
Habla con tu pareja sobre tu decisión de comenzar la terapia. Si quieres que se involucre, pídeselo.
Ayuda psicológica Online para la Terapia Sexual.
Una vida sexual satisfactoria es vital para tu salud por muchas razones. Los elementos físicos y emocionales de una vida sexual saludable tienen beneficios de gran alcance, incluyendo una menor presión sanguínea, una mejor salud cardíaca y la reducción del estrés. El sexo es también una parte natural y divertida de la vida.
Sin embargo, para algunas personas, el sexo es una fuente de gran ansiedad y preocupación. La disfunción sexual puede provocar complicaciones en las relaciones, pérdida de confianza y muchos otros efectos negativos.
La terapia sexual es un enfoque integral para tratar y eliminar los desafíos subyacentes. Estas preocupaciones pueden ser físicas, como la baja circulación. También pueden ser preocupaciones psicológicas, como la ansiedad, el estrés y los problemas de confianza. Además, nosotros aplicamos la tecnología para la realización de las sesiones por vídeo-llamada, ayudando a dar una privacidad e intimidad extra.
La terapia sexual puede ayudar a los individuos y a las parejas a encontrar una forma de tener una comunicación abierta y honesta, de modo que puedan resolver cualquier preocupación o desafío para lograr una vida sexual saludable y feliz.
En nuestros tratamientos, destacará la flexibilidad en su manejo, siempre en respuesta a todas tus demandas.
Nuestra capacidad de adaptación a los pacientes como tú, es lo que nos está permitiendo ser los números uno en tratamientos de este tipo.
Si tú, que estás pasando por un momento de ansiedad, quieres aprender a manejarla, no dejes de recurrir a nuestro servicio de Terapia online, que derriba todo tipo de barreras, para que tú, nos dejes ayudarte. De este modo estarás un paso más cerca de tus objetivos.
Terapia online avanzada y adaptada a tus necesidades.
Los pacientes que residen en el extranjero pueden encontrarse bajo circunstancias que en muchas ocasiones agravan sus síntomas o su malestar: disponen de menos arraigo y vida familiar o social, pueden sentirse más solos, tienen que adaptarse a horarios, costumbres y culturas muy diferentes, etc., lo cual puede ser factor de riesgo para problemas psicológicos. De hecho, algunos pacientes presentan un trastorno adaptativo al tener que residir en el extranjero.
Por lo tanto, si eres español en el extranjero, y necesitas asesoramiento psicológico, no dudes en contactarnos.
Expertos en Psicología Online. La Terapia Online más accesible.
La gran profesionalidad de nuestros
expertos en psicología online nos permite ofrecerte las mismas garantías de seguridad y confidencialidad que en las sesiones presenciales.
Todos nuestros psicólogos están capacitados para derribar la distancia que supone una pantalla y te ayudan a que sientas la confianza necesaria para superar todos tus obstáculos.
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PROBLEMAS SEXUALES EN LA PAREJA. CÓMO SUPERARLOS
La sexualidad es un área importante del ser humano, ésta cambia y crece a lo largo de nuestra vida e incluye comportamientos sexuales, las relaciones sexuales y la intimidad.
Dentro de la pareja es un área a destacar y a la que prestar atención. Es la parte más íntima que en muchos casos sólo compartimos con la persona elegida. Y como todos sabemos, a veces no es tan fácil que funcione, hay que cuidarla.
Como ya hemos comentado en algún artículo, el psicólogo estadounidense Robert Sternberg desarrolló una teoría sobre el amor y la relación de pareja, “teoría del triángulo del amor” donde incluía tres áreas fundamentales para describir una relación de pareja suficientemente buena:
- Pasión: deseo sexual o romántico de gran intensidad, acompañado por una fuerte tendencia a buscar la unión física y/o emocional con el otro.
- Intimidad: conocimiento del otro y confianza en lo que es, lo que hace y lo que siente y preocupación por su bienestar. Necesidad de acercamiento y de compartir lo que sentimos y pensamos, de compartir nuestro espacio interior.
- Compromiso: voluntad de mantener el vínculo y sentimiento de responsabilidad al respecto. Interés en superar las adversidades, más allá de las circunstancias temporales. Además, cada pareja elige qué tipo de compromiso establece y qué tipo de reglas… Exclusividad, pareja abierta, convivencia conjunta, separada…
En este artículo queremos centrarnos en la pasión, en la
sexualidad como el área que más rápidamente se suele desarrollar y, al mismo tiempo, más rápidamente se suele desvanecer. La intimidad se desarrolla más lentamente, y el compromiso más gradualmente todavía.
¿Por qué la sexualidad en muchos momentos decae en la pareja?
Hay infinidad de motivos por los que la sexualidad se puede ver afectada en la relación de pareja y no siempre tiene que ver con la vida sexual en sí.
Nosotros, como psicólogos sexólogos, vemos al ser humano como un todo y no aislamos la sexualidad del resto de áreas vitales de la persona y de la relación de pareja.
Diversos estudios revelan que el enfado, el resentimiento, las enfermedades, el aumento de peso o el estrés son las principales causas por las que no se tiene una sexualidad satisfactoria.
Desde nuestra experiencia profesional muchos de los motivos por los que el sexo no funciona tienen que ver con un deterioro en la relación de pareja debido a diversos acontecimientos, tanto laborales, como personales, el nacimiento de un hijo, un “fracaso” sexual ocasional que puede provocar ansiedad a posteriori, etc…
Cuando es imposible no comunicarse.
Las diferencias en la relación pareja, una mala comunicación llena de juicios, exigencias, críticas, la no aceptación del otro… son la causa mayor que tanto hace que nos cerremos y desarrollemos inhibiciones de cara a la sexualidad. Cuando existen tantas diferencias no resueltas en la relación de pareja, dentro de la sexualidad el primer afectado es el deseo sexual.
La relación de pareja es un fuerte que tienen que construir y cuidar ambos miembros de la pareja y si la responsabilidad no está compartida y negociada, el resto de áreas pueden comenzar a tambalearse. Los momentos de crisis en la pareja son vitales, forman parte de la relación de pareja al igual que las crisis vitales individuales forman parte de la vida, por ello hay que saber aprovecharlas para crecer y desarrollarnos.

En muchas ocasiones, nos encontramos sumergidos en nuestro mundo interno, acudiendo a terapia sin hablar con nuestra pareja sobre lo que estamos sintiendo en la relación, pensando que tenemos algún problema individual con respecto a nuestra propia sexualidad, exigiéndonos cumplir con lo que se supone que tenemos que cumplir sin darnos cuenta que lo que nos sucede puede ir más allá, puede estar relacionado con algún momento vital importante nuestro o de la relación de pareja.
Nuestro cuerpo, desde la inhibición sexual, nos avisa de que algo no está funcionando bien, algo está sucediendo y, por tanto, tenemos que atenderlo.
¿Qué hacer para cuidar/recuperar la sexualidad dentro de la pareja?
Como vemos, en muchas ocasiones “el síntoma” no es más que una alarma para revisar el resto del funcionamiento de la relación de pareja y de nuestro mundo individual.
La sexualidad no es gimnasia y por ello tenemos que conocer nuestro cuerpo, lo que nos gusta y lo que no. Y por consiguiente y hablando de sexo con nuestra pareja conocer qué le gusta a la otra persona.
“El sexo se aprende haciéndolo y no estudiándolo”
En la sexualidad en pareja existe una doble reciprocidad o placer, es decir, el placer que siento yo por dar placer a la persona que me gusta y el placer que siento al darme placer a mí la persona que me gusta, habiéndonos elegido mutuamente. Es un compartir, un dar y recibir.
Y el sexo no siempre tiene que ser igual, esto hará de él un juego con mucha más motivación.
Cuando vemos que aún así esta área sigue mermada, es hora de plantearnos qué problemas estamos teniendo en nuestra relación de pareja. Si no nos estamos sintiendo cuidados, atendidos, reconocidos se producirá una brecha, un distanciamiento entre tú y tu relación de pareja y por mucho que atendamos el tema de la sexualidad de manera independiente si no resolvemos el verdadero problema, la sexualidad se va a seguir viendo afectada.

En muchas ocasiones, aunque nos lo propongamos, es difícil llegar a un punto común y de entendimiento en pareja (por mucho amor que nos profesemos), por ello un buen recurso puede ser acudir a terapia de pareja que incluya terapia sexual en este caso.
Como vemos, es muy difícil separar la sexualidad/pasión de la intimidad y del compromiso.
En este artículo te hemos damos unas pinceladas de lo que consideramos que pueden ser los causantes de que no tengamos una sexualidad placentera en nuestra relación de pareja, pero no olvidemos que la sexualidad es algo muy subjetivo de cada persona y de cada relación de pareja y por ello no es medible bajo ningún criterio concreto, sólo a través de la propia satisfacción de cada uno y de cada pareja.
Varones mayores de 40 años, víctimas de disfunción eréctil.
Los síntomas son de fácil reconocimiento, la ausencia o dificultad para lograr una erección y completar una relación sexual por tres meses o más.
En el mundo se estima que la disfunción eréctil afecta a los varones mayores de 40 años, en un 55 por ciento en forma leve, al 35 por ciento de manera moderada y al 10 por ciento en forma severa.
La principal afectación suele ser la autoestima, un gran porcentaje de los pacientes se resiste a reconocerlo y a recibir tratamiento psicológico y/o médico, lo que genera problemas en la relación de pareja o tensiones en el núcleo familiar.
De manera estricta, la disfunción eréctil no es una enfermedad sino una patología ya que no representa un riesgo o peligro en la salud del varón, lo que realmente se trata en esta consulta es la sensación de ansiedad que afecta física y emocionalmente a los hombres que la padecen.
Los síntomas son de fácil reconocimiento, la ausencia o dificultad para lograr una erección y completar una relación sexual por tres meses o más.
El diagnóstico consiste en un examen físico en testículos, pene, recto, sistema nervioso y flujo sanguíneo, a partir de los datos que el historial clínico arroje, se podrán recetar tratamientos que van desde los fármacos hasta psicoterapia y terapia sexual cognitivo – conductual cuando se presenten casos de estrés, ansiedad, culpa o depresión.
Es necesario contemplar factores de aparición como la medicación por enfermedades como antihipertensivos, depresión y otras enfermedades del corazón. Es importante descartar problemas como es la prostatitis.
Entre los factores de riesgo modificables se encuentran el consumo de sustancias ilegales, el consumo de alcohol, tabaco y falta de actividad física. Los especialistas en sexología recomiendan visitar al especialista una vez al año para descartar otras complicaciones infecciones o cáncer.
Es frecuente la disfunción eréctil o los problemas de erección.
La disfunción eréctil es un problema frecuente; de hecho, más del 50% de los hombres de edades entre 40 y 70 años experimentan disfunción eréctil en algún momento. Si tienes problemas de erección, no tienes que sentirte como si fueras el único.
La disfunción eréctil es un problema de salud sexual común entre los hombres. La disfunción eréctil afecta aproximadamente a uno de cada diez hombres. Por lo tanto no hay nada de lo que avergonzarse si tú o tu pareja experimentáis disfunción eréctil.Pero una buena parte de los casos de disfunción eréctil se pueden tratar.
Los cambios en el estilo de vida como el ejercicio físico regular y dejar de fumar también pueden ayudar a mejorar la disfunción eréctil.
La probabilidad de la disfunción eréctil aumenta con la edad. Más del 50% de los hombres entre 40 y 70 años experimentan disfunción eréctil.
Se estima que, en Europa, más de 30 millones de hombres tienen algún grado de disfunción eréctil y esto aumentará a aproximadamente a 43 millones en 2025.
Hasta el 80% de los casos con disfunción eréctil se deben a causas físicas. Sin embargo, para muchos hombres la causa de su disfunción eréctil puede ser tanto física como psicológica (por ej., estrés y ansiedad).
La disfunción eréctil también puede ser un efecto secundario de medicamentos que los hombres toman para tratar otras enfermedades.
Problemas de erección al llegar a los 50.
Cuando el varón entra en la quinta década de su vida, existen diversas situaciones que pueden provocar una Disfunción Eréctil o Problemas de Erección a los 50 años. Cuando se superan las cinco décadas de edad, se pueden dar o aparecen las siguientes situaciones:
- Baja la producción endógena de testosterona. Aparece la Andropausia o Síndrome de baja producción de testosterona.
- La convivencia con la misma pareja puede hacer que las relaciones sexuales puedan volverse monótonas y/o aburridas.
- Aparición de las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial, aumento del colesterol…
- Un gran número de varones mayores de 50 años pasan por períodos difíciles en su vida laboral o profesional, necesitando medicación como anti-depresivos, ansiolíticos…
- Superados los 50, la grasa se deposita en la barriga, que produce cambios físicos.
- Una vez alcanzada la media centena no se realiza la misma actividad física con la regularidad necesaria para mantener una buena salud física y circulatoria.
- Las parejas del hombre a los 50 normalmente comparten la misma edad o cercana, con lo cual también pueden perder apetito sexual, haciendo que la frecuencia de relaciones sexuales sea menor.
- El sedentarismo impide llevar una dieta sana y variada.
Situaciones o hábitos que mejoran la disfunción
Al margen de recomendar los principales tratamientos para la disfunción eréctil existen una serie de hábitos o conductas que ayudan a recuperar la función eréctil. Algunas son las siguientes:
- Perder peso: corregir el sobrepeso es muy importante, ya que a menos peso mejor será la erección.
- Llevar una dieta variada: ésta debe incluir pescado azul, verdura y fruta…
- Se deben evitar malos hábitos como el consumo de alcohol o el tabaquismo.
- Evitar siempre que se pueda el consumo de antidepresivos o inductores del sueño.
- La práctica de ejercicio físico mejora la circulación y la oxigenación celular
- Hablar directamente con la pareja
- En el caso de que el paciente padezca diabetes, se debe coordinar con el endocrinólogo para mejorar los niveles de glucosa en sangre
Factores que pueden afectar la inhibición del deseo sexual en el varón y en la mujer
Conocimiento, confianza y autoestima aparecen como los grandes remedios para evitar el bloqueo del apetito sexual
La ausencia de deseo es uno de los problemas sexuales más frecuentes en nuestra sociedad. El estrés, los conflictos en la relación, la falta recurrente de momentos de intimidad o el padecimiento de un periodo de astenia está en muchas ocasiones en la raíz del problema. Cuando la inhibición del deseo se siente como un mal perenne, difícil o imposible de superar, cuando un periodo de apatía se prolonga y comienza a causar otros problemas o cuando se ha intentado realizar cambios en la relación y no han surtido efecto, el malestar debe tomarse en serio.
La falta de deseo no es una tontería, un capricho o una situación a la que hay que resignarse. De hecho, el deseo sexual es una emoción que nos prepara para poder vivir una experiencia placentera. Pero sucede que, en ocasiones, no se puede sentir aunque se busque; el deseo se resiste a aparecer, ya que el impulso de desear no sólo depende de la voluntad. Se hacen presentes factores inhibidores y estimulantes, y según el predominio de unos u otros en diferentes situaciones, el deseo se materializará o no. Por ejemplo, el amor es un gran estimulante para que se haga presente, mientras que el miedo es un fuerte inhibidor que lo anula o desecha.
Deseo no es excitación
No hay que confundir deseo sexual con excitación sexual. La excitación es una respuesta fisiológica que implica manifestaciones físicas como la erección o la lubricación. El deseo es el impulso que lleva a buscar el placer. Es cierto que, en condiciones normales, deseo y excitación actúan de forma conjunta. Sin embargo, en ocasiones puede darse una alta intensidad del deseo y, pese a ello, producirse bloqueos en la excitación sexual. O a la inversa.
La ausencia de deseo, sencillamente, se resume en la falta de querer o en no poder disfrutar de un placer. ¿Cómo es posible que esto suceda? Pues sucede, y muy a menudo, a tenor de los datos clínicos de las consultas de especialistas, que confirman que es uno de los problemas que más pacientes genera. Es algo muy corriente, pero al mismo tiempo muy particular, pues cada persona desea o inhibe su deseo por causas diferentes.
¿Qué factores influyen en la inhibición del deseo sexual?
La baja autoestima y el sentimiento de culpa son los dos grandes inhibidores y bloqueadores del deseo sexual, pero en ellos subyacen otras causas que conviene revisar:
Los miedos: a no dar la talla, a fallar, al ridículo y a exponerse al rechazo; a mostrar y ofertar el cuerpo; a la posibilidad de embarazo o de exponernos a enfermedades de transmisión sexual.
Las ansiedades: la principal es la de llegar al orgasmo, como si el goce se tratara sólo de ello.
La falta de tiempo y el estrés: las tensiones y las prisas son el polo opuesto de la tranquilidad y el relajo, condiciones necesarias para disfrutar de un placer.
Los enfados y conflictos: inmersos en ellos nos bloqueamos y cerramos, lo contrario a lo que precisamos, puesto que el deseo requiere de una actitud abierta a relacionarnos.
Los tabúes y prejuicios: la prohibición y la suciedad con la que se ha revestido a los órganos sexuales. La particular interpretación respecto a conceptos como la honra, la integridad y la decencia alejan el placer del juego erótico.
La falta de comunicación: no hablar abiertamente de lo que nos gusta, no compartir intimidad, no hacer partícipe a la otra persona de nuestra vulnerabilidad es una manera de se inhiba o se bloquee el deseo.
La falta de ilusión y pasión por la vida: una actitud negativa, pesimista, derrotista, apática y rutinaria, que no afronta los riesgos de un cambio, no sirve para gozar.
La ignorancia: tanto teórica como práctica del cuerpo sexuado impide la experimentación, base de todo conocimiento del placer y de mantener debidamente erotizado el cuerpo.
Algunos medicamentos: determinados ansiolíticos, antidepresivos o fármacos para tratamientos de hipertensión arterial y otros, pueden incidir, aunque no se conocen del todo sus efectos secundarios, por la falta de contrastadas experimentaciones.
¿La falta de deseo tiene cura?
El deseo sexual como experiencia subjetiva puede ser educado y potenciado, de ahí que su inhibición pueda ser tratada, trabajada y superada. Tanto el hombre como la mujer están preparados por la naturaleza para desear y buscar el placer. Hacerlo de manera satisfactoria, desde el respeto a uno mismo y a los demás, con honestidad a las propias creencias y a las ajenas es una facultad del ser humano que vive en libertad.
¿Afecta la inhibición del deseo sexual de igual manera al hombre y a la mujer?
Los estudios realizados hasta el momento indican que el bloqueo sexual es más habitual en la mujer que en el hombre. Valores y educación distintos, junto con expectativas diferentes de lo que se espera de la persona en función de su género, condicionan y llevan a la mujer a mezclar el amor romántico con el placer, a mantener un papel pasivo en las relaciones y a ser ella objeto de deseo pero no desear.
Una vez asumida la realidad de este desequilibrio, numerosos estudios acuerdan pautas necesarias para mejorar la vida sexual de la mujer, muchas veces recelosa de admitir el problema o incluso desmotivada para demandar un cambio.
En el hombre también se observan dificultades de deseo sexual, pero en general son más transitorios y relacionados con momento vitales que favorezcan la aparición de alguno de los factores a los que anteriormente hacíamos alusión. Los que encontramos con mayor frecuencia serían los que tienen que ver con el estrés, el cansancio, la enfermedad, el enfado, la ansiedad y en especial el miedo a fallar o a no dar la talla.
Para lograr terminar con la inhibición del deseo sexual hay que procurarse a uno mismo y a una misma:
- Un buen conocimiento personal, tanto a nivel corporal como cognitivo-emocional.
- Una actitud positiva, saludable y abierta sobre la sexualidad y el placer.
- Un buen entrenamiento corporal que mantenga el erotismo a través de la caricia.
- Cuidar la salud, la dieta, en definitiva el cuerpo es un buen síntoma de que la persona se quiere, y quiere gozar.
- Una apuesta por la ilusión, la pasión y la fantasía.

La terapia sexual en el tratamiento de la disfunción sexual.
La terapia sexual es un tipo de psicoterapia para el tratamiento de la disfunción sexual. Con la terapia sexual, se pueden atender problemas relacionados con la función sexual, sentimientos sexuales y de intimidad — ya sea en terapia individual o en pareja. Muchas parejas tienen o han tenido en el curso de su vida de pareja una dificultad de orden sexual. Si usted está sufriendo alguna dificultad en su relación y le gustaría retomar su vida sexual y vivir su sexualidad satisfactoriamente, nosotros podemos ayudarle.
Importancia de la terapia sexual o sexología clínica
La sexualidad es un elemento importante en la vida de una pareja. Debido a las dificultades usuales de la vida en pareja, un gran porcentaje de las parejas atraviesan periodos en los que no logran encontrar el tiempo o la energía para una vida sexual regular y plena. Las estadísticas muestran que más de un 50% de las parejas tienen o han tenido en el curso de su vida en pareja una dificultad de orden sexual. En las mujeres, es común sobre todo la dificultad de lograr un orgasmo y el vaginismo. En los hombres, aparecen principalmente las dificultades de eyaculación y de erección. En ambos, es frecuente una disminución o pérdida de apetito sexual. Si se ha presentado alguna dificultad en su relación y le gustaría retomar una vida sexual satisfactoria, nosotros podemos ayudarle.
¿Qué es la terapia sexual?
La terapia sexual (o sexología clínica) es un tipo de psicoterapia para el tratamiento de la disfunción sexual. Con la terapia sexual, se pueden atender problemas relacionados con la función sexual, sentimientos sexuales y de intimidad — ya sea en terapia individual o en pareja.
Las disfunciones sexuales que pueden ser atendidas por un sexólogo con terapia sexual incluyen eyaculación precoz, disfunción eréctil, libido disminuida, adicción sexual, falta de confianza sexual.
También puede asistir a personas que se recuperan de un asalto sexual, problemas relacionados con el estrés, cansancio y otros factores del ambiente y de las relaciones. La terapia sexual puede ser efectiva para adultos de cualquier edad, sexo y orientación sexual. Los terapeutas sexuales o sexólogos ayudan a las personas que experimentan problema en superar estos problemas, favoreciendo la posibilidad de retomar una vida sexual activa.


Causas de las dificultades sexuales
Las dificultades sexuales generalmente son un resultado de experiencias traumáticas o sentimientos negativos que impiden a la persona ser capaz de vivir una vida sexual íntima satisfactoria. Además, la información que recibimos, por parte de la educación de los padres, en la escuela, los medios, la religión, muchas veces juega un papel importante en la medida que adquiere la forma de prejuicios o ideas inadecuadas e interfiere en el desarrollo sano la vida sexual.
Los problemas sexuales pueden ser resultado también de otros problemas mentales, como la depresión, la ansiedad e incluso el estrés, y puede ser derivado de condiciones físicas, como problemas urinarios, desequilibrio hormonal que resultan de la manopausia o alumbramiento.
¿Cuando acudir a terapia sexual?
Los problemas sexuales no son inusuales. Se estima que alrededor de 30% y 45% de los adultos sufren de alguna dificultad de orden sexual, dependiente del género y la edad. Si usted sufre de alguna de las dificultades sexuales anteriores, le sugerimos consultar a un especialista que le ayudará no solo a deshacerse de creencias, actitudes o conductas perjudiciales para su sexualidad, sino sobretodo a aprender los conocimientos, actitudes y conductas útiles y favorables al desarrollo sexual y el de su pareja.
Objetivos de la terapia sexual
El sexólogo o terapeuta sexual buscará mediante la terapia ayudarle a resolver muchas dificultades sexuales, desde la preocupación sobre el funcionamiento sexual a las maneras y dinámicas para relacionarte con su pareja. A través de la terapia sexual, podrá aprender a expresar sus preocupaciones claramente, entender mejor sus propias necesidades sexuales y comprender también las necesidades de su pareja sexual. El objetivo de la sexología clínica es dar lugar a la capacidad en las personas de vivir de manera satisfactoria su sexualidad en compañía de su pareja.
Cómo se trabaja en terapia sexual
Hablar de la intimidad y la vida sexual no es fácil y puede resultar incómodo. Recuerde que los sexólogos o psicólogos clínicos certificados tienen experiencia en generar un espacio de tranquilidad y confianza, y tienen capacidad para identificar y explorar las inquietudes de orden sexual. En la primera sesión, el sexólogo le pedirá que describa sus preocupaciones sexuales. Los asuntos sexuales pueden ser complejos, el terapeuta insistirá en obtener información para tener una idea clara de los factores involucrados en la problemática. Una vez que se adquiera comprensión de la situación, se discutirán las maneras de resolver las dificultades de modo que pueda mejorarse la comunicación y la vida íntima y sexual.
El terapeuta sexual suele trabajar mediante ejercicios en casa, que pueden ser individuales y, en caso de tener vida sexual activa, en conjunto con la pareja. Las tareas que se asignan pueden ser :
❖ ejercicios de comunicación con tu pareja
❖ pausar y llevar más lento el acto sexual, para poder observar lo que se está sintiendo
❖ cambiar ciertas dinámicas con las que se interactúa la pareja durante el acto sexual
❖ leer o ver videos educacionales acerca de técnicas sexuales
Motivos frecuentes de consulta de terapia sexual:
❖ Ansiedad respecto al sexo
❖ Impotencia
❖ Eyaculación precoz
❖ Disminución o pérdida de deseo sexual (libido)
❖ Ansiedad o incertidumbre acerca de la orientación sexual
❖ Abuso sexual
❖ Vaginismo
❖ Autoestima respecto a la imagen del cuerpo
❖ Impulsos o compulsiones sexuales
❖ Adicción al sexo
❖ Promiscuidad
¿Qué otros trastornos sexuales pueden tratar los sexólogos?
• Deseo sexual hipoactivo (asexualidad)
• Trastorno de aversión sexual (elusión o falta de deseo de intercambio sexual)
• Trastorno de excitación sexual femenina (fallo de la normal respuesta de excitación sexual: lubricación)
• Disfunción eréctil masculina
• Trastorno del orgasmo femenino (anorgasmia)
• Trastorno del orgasmo masculino (anorgasmia)
• Dispareunia
• Parafilias
• Trastorno de identidad de género
• Trastorno de estrés postraumático debido a mutilación genital o abusos infantiles
• Insatisfacción sexual (no específica)
• Deseo sexual inhibido o frigidez
• Anorgasmia
• Enfermedades de transmisión sexual
• Infidelidad
• Retardo o ausencia de eyaculación tras un estimulación adecuada
• Incapacidad para controlar el momento de la eyaculación
• Incapacidad para relajar los músculos de la pared vaginal lo suficiente para permitir el coito
• Lubricación vaginal inadecuada antes y durante el coito sexual
• Dolor en la vulva o la vagina durante el contacto sexual
• Infelicidad o confusión respecto a la orientación sexual
• Las personas transexuales o transgénero pueden tener problemas sexuales (antes o después de la cirugía), aunque la condición transexual o transgénero no sea un problema sexual en sí mismo.
• Síndrome de excitación sexual persistente
• Hipersexualidad
• Ablación de clítoris
• Circuncisión
La terapia sexual es realizada por psicólogos o psicoterapeutas que tienen entrenamiento especial en asuntos relacionados con la sexualidad y las relaciones. Esta credencial permite llamarles sexólogos. Los sexólogos y sexólogas certificados no tienen relaciones sexuales con sus pacientes, ni se relacionan mediante ningún contacto físico.
La terapia sexual es usualmente terapia breve, con un número limitado a 12 o 15 sesiones. El plan de tratamiento depende de las inquietudes y los motivos de consulta del paciente.